Castillo

Juego de poderes en Perú

En medio de su disputa con la oposición, Castillo se guarda la carta de las elecciones anticipadas.

El presidente de Perú, Pedro Castillo, se reservó la carta de anticipar las elecciones generales en la presentación que hizo ante el Congreso, en medio del fuerte enfrentamiento que mantiene con la oposición, que pide su destitución, aunque puso el tema sobre la mesa a través de su jefe de gabinete, Aníbal Torres, que dio detalles de los entretelones de la comparecencia.

«Faltó un anuncio que a última hora el presidente decidió no hacer porque me manifestó: ´Vamos a hacer un último intento de concertación en el Congreso para corregir esta inestabilidad política y porque es necesario que nos pongamos de acuerdo'», le contó Torres a la prensa tras la presentación de Castillo en el Legislativo del pasado martes.

Con su aparente infidencia, el número dos del Ejecutivo reveló que el presidente podría al final plantear una salida que, al conllevar la ruptura de un período que va hasta 2026, podría generar resquemor entre los congresistas que anhelan sacarlo del cargo, pero no quieren perder su lugar en el Legislativo.

Fuentes de Palacio confirmaron que el ministro de Justicia, Ángel Ydelfonso, les encomendó a funcionarios elaborar un texto para plantear el anticipo de las elecciones, una propuesta que podría tener apoyo popular porque, si bien el Ejecutivo tiene un fuerte rechazo, la desaprobación del Legislativo es aún mayor, según las encuestas.

El politólogo Alonso Cárdenas consideró que el planteamiento de anticipar las elecciones es una audaz jugada de ajedrez, parecida a la que hizo el entonces presidente Martín Vizcarra en 2019, porque «deja en claro que el Congreso no se quiere ir», pese al descontento del pueblo.

El mandatario, sin embargo, omitió cualquier mención al tema durante la presentación pedida por él mismo en el Parlamento, que coincidió con el inicio de trámites para un segundo intento de vacancia (destitución) previsto para el 28 de marzo y que, por la correlación de fuerzas, se estima que no prosperará.

Fue en ese marco que Torres complementó el mensaje extraoficialmente para añadir ingredientes en un momento en que los analistas descuentan que al fracaso del actual intento de vacancia le sucederán otros, y así sucesivamente, en medio del estancamiento del país.

En su mensaje, que según expertos careció de un mea culpa rotundo, Castillo planteó diez ejes de acción, anunció la convocatoria del Acuerdo Nacional -un foro multipartidista de concertación-, rechazó los cargos de corrupción en su contra e insistió en que es objeto de una ofensiva sin tregua.

«Ha existido y existe un intenso y sistemático trabajo para cuestionar la legitimidad de la presidencia y obstruir las labores del Ejecutivo con el único propósito de vacar al presidente o encontrar mecanismos para recortar su mandato», afirmó Castillo tras detallar las acciones de la oposición.

 

Karelim López, la lobista de la discordia

Respecto a las acusaciones en que se basa el nuevo intento de vacancia, específicamente los supuestos señalamientos de la lobista Karelim López sobre intervenciones suyas para torcer licitaciones con propósitos corruptos, insistió en que es inocente y en que todo está direccionado.

«Su defensa (de López) dice todo lo contrario. Este es solo un ejemplo de las mentiras que se construyen contra este Gobierno y que con el pasar del tiempo se van cayendo», argumentó Castillo.

La lobista, a la que algunos medios atribuyen nexos con fuerzas opositoras, pidió acogerse a la colaboración eficaz para obtener beneficios judiciales en momentos en que la Fiscalía al parecer documentó sus tratos ilegales con exfuncionarios del actual Gobierno, como el ex secretario de la Presidencia, Bruno Pacheco.

No obstante, aún se desconoce el contenido exacto de las supuestas revelaciones de López, que sin embargo circulan en versiones extraoficiales.

El abogado de la aspirante a testigo eficaz, César Nakazaki, negó que su cliente se haya reunido personalmente con Castillo.

El presidente también salió al paso a otros puntos por los que se pide la vacancia, para la que se necesitan los votos de 87 de los 130 congresistas una cifra que, según todos los análisis, es en este momento inalcanzable, salvo algún suceso extraordinario.

Congresistas impulsores de la vacancia como Jorge Montoya y Carlos Anderson le restaron importancia al discurso, al que el segundo describió como «desordenado, incongruente, lleno de cifras y citas inconexas, y supuestos logros y menciones a la corrupción sin contexto, y sin mea culpa, eso sí que no».

La moción de vacancia impulsada por los partidos de derecha radical representados en el Congreso, Fuerza Popular, Avanza País y Renovación Popular, se basa además en la «ineptitud» en el nombramiento de funcionarios, la «traición a la patria» por supuestamente plantear una salida al mar para Bolivia y el reconocimiento del presidente en entrevistas de que no se siente capacitado para gobernar.

El oficialismo cuenta con un tercio de las bancadas en el Congreso, la derecha con otro tercio y las restantes fuerzas de centroderecha y centro con el restante, lo que permite prever que los 87 votos para la vacancia no se obtendrán sin la deserción de algunos oficialistas y que todo irá al archivo como en el primer intento, que se llevó a cabo diciembre pasado.

Aun así, para los politólogos, tras el posible fracaso de la moción llegará la repetición del ciclo, pues supuestamente está claro que los opositores no cesarán sus empeños, a lo que se suman los permanentes «errores no forzados» del mandatario.